jueves, 22 de marzo de 2007

En Banda y Sin Orquesta

Y ya me ven, en banda y sin orquesta...
Un berretín y un trago sin sabor.
Silbando un tango despacito en la vereda,
viendo la vida pasar por un callejón.

Un bandoneón que raspa la garganta,
al evocar una vieja canción...
me hace llorar, perfumes del pasado,
amor fiado que se fue y nunca volvió.

Si éramos todos tan amigos!
Del boliche al bodegón...
Y entre faso, birra y timba,
Nuestro corso decadente,
completaba la función.

Al recordar las calles de mi barrio,
el almacén al lado del portón,
las melodías de la esquina del cantero...
y esa piba que a todos negó su amor.

Calles de chorros y curtiembres vacías,
yo no sé como pueden contener
tantas historias de tristezas y alegrías,
de aristocráticas familias de coté.

Si éramos todos tan amigos!
Del boliche al bodegón...
Y entre faso, birra y timba,
Nuestro corso decadente, completaba la función.

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